A 150 años de su creación
La Nación 23/10/05
El Club Alemán de Buenos Aires, en plena apertura a la comunidad.
La historia de una de las instituciones señeras de la Argentina
"Nuestro propósito, en ejecución desde hace mucho tiempo, es continuar con acciones que desalojen de la opinión pública la idea de que ésta es una institución muy cerrada, impresión que se tenía en épocas en las que existió ese comportamiento societario, propio de una comunidad que aún tenía muy cerca su historia europea. Pero después vino una argentinización en varios sentidos, y aspiramos a mostrarla en este objetivo de apertura."
El concepto fue expresado por Thomas Leonhardt, presidente del Club Alemán de Buenos Aires, durante un diálogo con LA NACION, con motivo del 150° aniversario de la entidad, lo que la sitúa entre las más antiguas del país en su tipo. Los festejos por el acontecimiento, iniciados en mayo último, han abarcado hechos culturales, deportivos y sociales.
Momento clave en la creación del club fue la organización de la Congregación Evangélica Alemana, en 1842, a instancias de un grupo de inmigrantes, oriundos de Hamburgo. Después, las reuniones periódicas resultaron propicias para que el sector juvenil concibiera un "anexo", que complementara lo confesional con la actividad deportiva. La idea era lograr un ámbito adecuado y ello demandaba recursos económicos.
Les fueron solicitados al próspero comerciante Adolf Klengel. Curiosamente -evoca Leonhardt-, si bien al principio Klengel no mostró interés, lo convencieron con el proyecto de incluir una cancha de bolos, juego que lo entusiasmaba. El aporte permitió el nacimiento de la Asociación Alemana de Gimnasia, el 18 de octubre de 1855, que funcionó en el cruce de las actuales Viamonte y Maipú, zona entonces muy alejada del Centro. Se construyeron no una sino dos canchas de bolos. Casi en forma simultánea se empezó a usar la denominación Deustcher Klub (DK), o Club Alemán.
De los 80 fundadores que le dieron forma, a fines de 1800 ya registraba 700 socios, por lo que se decidió contar con una nueva sede. Se la inauguró en la avenida Córdoba 731.
Los dos conflictos bélicos mundiales del siglo XX fueron de efecto muy negativo para el DK. Durante el primero de ellos, el hundimiento de un buque argentino fue atribuido al ataque de un submarino alemán. La entidad sufrió un atentado y debió permanecer cerrada varios años, hasta 1921. En el segundo, la alineación argentina en contra del Eje provocó que se le retirara la personería jurídica y se confiscó la sede. En el 51 se dio marcha atrás con lo primero, pero no se restituyó el edificio social. Hubo entonces un nuevo traslado, esta vez a un petit hotel, en Arroyo 1034.
Faltaba un último cambio, ya que el ensanche de la avenida 9 de Julio hizo desaparecer la casona. Finalmente, desde noviembre de 1972, la entidad ocupa el piso 21° de la torre situada en la avenida Corrientes 327, donde también funcionan el Instituto Goethe, el Club Europeo y varias oficinas de empresas alemanas. "En estos 150 años hemos pasado por diversas etapas de altas y bajas, de cierres y reaperturas. Pero el siglo XXI nos encuentra con el mismo ánimo emprendedor de nuestros fundadores, sumando nuevas ideas y mucho optimismo", apunta el doctor Leonhardt.
Willy G. Bouillon
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